viernes, 20 de enero de 2012

ACOGIMIENTO Y AMOR MATERNAL. MI VISIÓN PERSONAL COMO MADRE

Hoy me vais a permitir que relacione dos artículos publicados recientemente (de hecho con dos días de diferencia) y que me han llegado, como no, vía facebook, haciéndome reflexionar una vez más sobre la falta de interés de Asuntos Sociales en las necesidades primales de los recién nacidos.

El primer artículo me llegó de la mano de Tenemos Tetas. Para mí, que llevo ya seis años buceando por el mundo de la salud primal, se limita a reafirmarme lo que cada vez más estudios y desde diferentes disciplinas vienen demostrando: que los acontecimientos que siguen al nacimiento, en especial la presencia cercana y constante de una madre amorosa, tienen un efecto enorme en el desarrollo del cerebro del bebé y, por ende, en su salud mental futura. Esta vez las evidencias sobre el efecto del cuidado maternal sobre el cerebro de los recién nacidos - con experimentos en ratones y centrándose en la producción del neuropéptido Y y sus receptor - nos llegan de la mano del doctor Rolf Sprengel  (et al.) del prestigioso Max Planck Institute.

Y el siguiente artículo (más o menos la misma noticia en dos publicaciones diferentes), me ha llegó (también vía Facebook) de la mano de la abogada Beatriz Beneitez y de la psicóloga Anna Badia. Parece que el consejero Salvador Victoria de Asuntos Sociales, ha presentado un nuevo protocolo contra el abandono de bebés.

Y aquí va mi reflexión, siendo muy consciente de lo que soy y no soy y de lo que sé y no sé, y de que mi visión es parcial (como todas las visiones de este mundo). Pero quiero escribirla aquí, en mi blog, con el ánimo de contribuir al menos un poquito a este debate tan delicado sobre lo que es o no es el bien supremo del menor.

Según el consejero Victoria, el protocolo de actuación frente a un abandono es el siguiente:


A partir de ese momento ( la llamada al 012 o 112), una unidad móvil que está disponible las 24 horas se traslada con un equipo de trabajadores sociales y psicólogos a cualquier punto de la Comunidad para recoger al niño y trasladarlo en primera instancia a un centro hospitalario para valorar su estadio de salud.

De forma simultánea, el Servicio se pone en contacto con una de las diez familias adscritas al Programa, que de forma voluntaria se hacen cargo de un niño por un lapso promedio de cuatro meses, hasta que se resuelve la situación.


Como os podéis imaginar, a mí lo que me duele son esos teóricos hasta cuatro meses (y digo teóricos porque todos conocemos algún caso que se ha alargado al menos un año) en una familia de acogida. Y me duelen especialmente en el caso de los recién nacidos y bebés en su periodo primal. Evidentemente un niño más mayor, que ya ha establecido unos lazos de afecto, para bien o para mal, con sus padres o familia biológica, es un caso totalmente diferente. 

Pero con estos bebés: ¿Por qué son necesarios estos meses en una familia de acogida TEMPORAL? Si una mujer pare un hijo pero sus condiciones económicas y sociales no son las adecuadas para criarlo, lo mejor para el menor es que se ayude a su madre a conseguir la estabilidad necesaria, a la vez que ejerce de madre y sin separarle de su hijo (algo que reconozco que también ofrecen ya que, según palabras del consejero, la madre dispone de 94 centros para acogerles). Y si una mujer pare un hijo y lo quiere dar en adopción  porque no quiere ser madre ¿Que sentido tiene este paso por la familia de acogida? ¿De verdad es más conveniente obligar a la criatura a permanecer en una familia de acogida temporal, para luego romper sus vínculos otra vez y ser entregado en acogida permanente, adopción o de vuelta a una "desconocida" madre o familia biológica?


....El consejero de Asuntos Sociales ha precisado que la madre dispone de un plazo de treinta días para decidir si desea recuperar a su hijo....

¿Todo esto es por estos treinta días que tiene la madre biológica para pensárselo? Treinta días por culpa de los cuales estos bebés no están con su madre definitiva nada más nacer. Treinta días que pasarán en acogida temporal sí o sí y como mínimo.

Su primer mes de vida.

Francamente, yo creo que una mujer que decide dar a su hijo en adopción ya ha tenido varios meses para pensarlo en profundidad. Y sí, ya sé, es cierto que cuando ha nacido el bebé todo es diferente. Entonces estaría de acuerdo en que en ese momento, tras poner al niño sobre el pecho de su madre y no separarles para nada, se hiciera todo lo posible para que la mujer en cuestión pudiera seguir con su hijo si ese es su deseo, aunque este deseo haya conllevado un cambio de opinión. Pero las madres que no quieren ni ver al bebé o que tras verlo lo rechazan de todos modos ¿Que sentido tiene que tengan un mes para pensárselo? ¿Que sentido tiene que este bebé esté un mes sin madre mientras su madre biológica se lo piensa sin él? ¿No puede repensarse su situación y su elección a la vez que lo materna? ¿Realmente tiene sentido que esta criatura esté a la espera mientras ella reflexiona lejos de su hijo? Muchos alegan que estas madres se merecen una segunda oportunidad, pero yo no estoy de acuerdo. Estamos hablando de bebés. Estamos hablando de seres humanos. Mientras a estas madres se les está dando una segunda oportunidad estos niños pierden la única que tienen para tener un periodo primal realmente saludable, donde reciban todo lo que necesitan.

Dice el director de una de las residencias de menores, Vicente Valera, que:


.... este Servicio es una "tabla de salvación" para muchos niños que en los primeros días o meses de vida no pueden ser atendidos de forma adecuada por sus familias. 


A lo que yo me sigo preguntando: ¿Realmente una familia de acogida TEMPORAL puede darle a este bebé lo que necesita? Y aquí, disculpadme, pero voy a ser muy politicamente incorrecta al discrepar de estas palabras de un padre de acogida citadas en uno de los artículos:

.....que estos bebes son muy pequeños para ir directamente a una residencia y que en su hogar son atendidos "como uno más" de sus hijos.


Fuente de la Imagen: Fundación Camino Claro
Título: Porque no es lo mismo
Yo, lo siento, pero esto no me lo creo. Sí, serán atendidos como un hijo más en cuanto a que se les dará alimento, se les bañará, se les vestirá... o sea, todo lo que un bebé necesita para sobrevivir. Incluso recibirán besos y abrazos, caricias, juegos y risas. Pero ¿Y esa intimidad inmensa que nace entre una madre y su bebé, producto del contacto físico, del amamantamiento, de la necesidad del piel con piel......? Ese sentimiento único e intransferible que yo siento por mis hijos y que, no sólo sé que no sentiría por otro bebé que no fuera hijo mío (y con ello no quiero decir que no haya parido, no confundáis), sino que también sé que no me estaría permitido desarrollar so pena de que un juez me lo echara en cara más tarde, cuando me retiraran al bebé.

Así que no me lo creo. Los bebés acogidos temporalmente tal vez sean tratados a grosso modo como los hijos biológicos u adoptados (o en acogimiento permanente lo que supongo que, a nivel afectivo, es igual que los hijos biológicos o adoptados), pero no pueden ser sentidos igual y por lo tanto a un nivel más íntimo y profundo tampoco serán tratados igual. Lo que significa que no van a recibir lo que realmente necesitan: el amor incondicional de su madre; puente hacia el amor de su padre, hermanos, familia y sociedad.

 Y tampoco podemos ni debemos olvidar los sentimientos de este bebé que creará sus lazos afectivos con la persona que lo recibe como si esta persona fuera su madre definitiva. Incluso obviando el hecho de que a un nivel profundo e íntimo podría no estar recibiendo el maternaje que necesita ¿Que daños ocasiona a esta criatura ser separadas una, dos , tres o más veces de su figura de apego fundamental? ¿Realmente vale la pena pagar este precio? y ¿Por qué se paga? ¿Por preservar su derecho a permanecer en sus raíces biológicas? ¿Realmente este derecho es más importante que su necesidad de estar cuanto antes en los brazos y el pecho de su madre definitiva?

Porque lo que le da una madre a su hijo no se lo puede dar nadie más. Y con eso no me refiero como madre a la mujer que lo ha parido, sino a la que se siente, y el bebé siente, como tal. La unión entre madre e hijo es única, algo aceptado universalmente, como bien lo demuestra las diferentes manifestaciones en diferentes culturas que hacen hincapié en la exclusividad e intensidad de la misma. ¿Puede una mujer sentirse madre de un bebé que le quitarán pasados unos meses y que no puede amar sin barreras porque le obligan a dosificar ese amor? Yo no. Podría cuidarlo y quererle, pero no podría sentirme su madre porque, si lo hago, desde luego que ni con una grúa me separan de él cuando todavía me necesita.

Escribo este post desde mi papel de madre. Una madre que ha descubierto la importancia del deseo maternal a la hora de satisfacer las necesidades de sus hijos. Deseo que no puede fluir en una relación basada en protocolos y espacios temporales limitados. Y desde esta posición me pregunto si colocar al recién nacido cuanto antes sobre el pecho de su madre definitiva no debería primar sobre cualquier otra consideración, por el bien supremo del menor.

Sé que vivimos en una sociedad donde todavía se ignoran totalmente todas las evidencias que nos demuestran la importancia del periodo primal y del papel del amor maternal en el mismo. El hecho de que profesionales conductistas como Estivill vendan más de tres millones de ejemplares de sus obras, ya me da una idea del nivel al que estamos a la hora de entender y satisfacer las verdaderas necesidades de nuestros pequeños. Puedo imaginarme que, de ser padres, es mucho más probable que en la mesilla de noche de los responsables de diseñar protocolos contra el abandono haya un libro escrito por este señor o algún colega en su línea que no por Michel Odent,  Sue Gerhard, Laura Gutman, Carlos Gonzalez, Rosa Jové o Yolanda Gonzalez .

Me pregunto cuantas evidencias más serán necesarias para que la necesidad de amor maternal en este periodo primal de los seres humanos sea, no sólo tenida en cuenta, sino sobretodo priorizada a la hora de diseñar los protocolos de actuación ante bebés abandonados, cedidos o en una situación de desamparo. Me temo que falta todavía tiempo y que, mientras tanto, muchos bebés se irán quedando por el camino, víctimas de un sistema incapaz de asimilar las evidencias y reaccionar a tiempo. Tal vez un sistema que no está pensado para el bien supremo del menor sino para el bien supremo del que lo diseña y tiene aspiraciones políticas. Aunque prefiero pensar que no, que no es eso, que en realidad hay un debate serio, científico y profesional y que algún día se conseguirán protocolos que sean realmente óptimos para cumplir su objetivo: lograr siempre hacer lo mejor para el menor.






3 comentarios:

  1. Este que planteas es un tema muy complejo y muy sencillo, según se mire.
    Yo, que no me decanto en general, sino que creo que es necesario estudiar caso por caso. Sí creo que si está claro que su madre y padre no lo quieren...pase directamente a su familia para siempre, sin ese paréntesis temporal por familia de acogida...
    Otra cosa la oportunidad que se da a la familia bio que...en la mayoría de los casos, no va a apegarse adecuadamente con el bebé...No se puede consolidad una relación que tiene una base hueca, enfermiza, y frustrante para el bebé...Lo digo porque conocí un caso de un bebé que murió por negligencia de sus padres bio...ambos toxicómanos y en proceso de desintoxicación, el bebé padecía sindrome de abstiencia y falleció por para cardiorespiratoria...con 10 días de vida...¿qué pasó?aún se investiga...creo que con una familia diferente, esta bebita podría haber sobrevivido, lo creo yo y los médicos que la atendieron...
    Lo que siempre habría que mirar es el bien del recién nacido, y no siempre ese bien es tomar teta y estar cerquita de una madre que no existe realmente, que no lo es espiritualmente, instintivamente...y a la que se les da muchas oportunidades de ser madre, negando al hijo la oportunidad de ser eso, hijo...
    Mei

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    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo Mei. Yo creo que a la madre se debe de dar una oportunidad siempre que eso suponga LO MEJOR para su hijo. En el caso que tu relatas es evidente que no era así. A lo mejor si la madre hubiera sido supervisada muy de cerca se hubiera conseguido las dos cosas: que la bebé sobreviviera y que la madre se recuperara y criara a su hija como esta necesitaba. No sé. Pero lo cierto es que en este caso es evidente que se equivocaron dando prioridad a la madre biológica o no sometiéndola a la supervisión adecuada dado que se quedaba con el bebé.

      Pero sobre tu última frase, me gustaría hacerte una puntualización: una madre es una madre, adoptiva o biológica, y en cualquiera de los dos casos puede darle a su bebé lo que este necesita porque es madre. Y en esto incluyo la teta, aunque esta teta no tenga leche o tenga poca. Una madre biológica no tiene prioridad porque pueda dar teta, sino porque en principio el bebé ya la reconoce, la necesita y su alejamiento de ella le daña, aunque sea para ir a los brazos de otra madre. Pero hay casos que producir este daño es un mal menor, eso es evidente, y entonces hay que hacerlo.

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  2. ¡Uff, María! Lo he leído varias veces y no soy capaz de expresar mis sentimientos. Pero voy a hacer mías unas palabras tuyas
    "Me pregunto cuantas evidencias más serán necesarias para que la necesidad de amor maternal en este periodo primal de los seres humanos sea, no sólo tenida en cuenta, sino sobretodo priorizada a la hora de diseñar los protocolos de actuación ante bebés abandonados, cedidos o en una situación de desamparo"

    Gracias por poner palabras a lo que algunas personas sentimos.

    Abrazos.

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